ESTO SI ES COMER SABROSO, ¡MIJO!

DONDE MANDA LA CUCHARA ANDINA 

Si hay algo que nos une a los colombianos, además del acento cantado, las montañas y el chisme mañanero, es la comidita rica de la región Andina. Desde los fogones de Pasto, allá en el sur, hasta las cocinas de Bucaramanga y Cúcuta, por los lados de los santanderes, esta tierra está llena de sazón, de historias que se cuentan entre cucharadas y de platos que se heredan como si fueran tesoros.

En la región andina la gastronomía no es solo llenar la barriga, es puro orgullo colombiano. Aquí se mezclan las manos indígenas, afro, campesinas y citadinas para preparar platos que lo dejan a uno diciendo “¡Uy, qué delicia, carajo!”.

¿Un frío bogotano? ¡Ajiaco con su crema, alcaparras y aguacate pa’ calentar el alma! ¿Un almuerzo paisa con hambre de verdad? ¡Una bandeja paisa con todo y chicharrón que cruje! ¿Una tarde en Pasto? ¡Masato con empanadas de añejo pa’ la conversa! Y si se va pa’ los santanderes, prepárese pa’ un mute con sabor a casa de la abuela.

Y si hablamos de reina en esta tierra, esa es la arepa. La hay de chócolo, de maíz pelao, rellena con queso, con carne, con huevo o solita pa’ acompañar el cafecito. En Antioquia no se empieza el día sin una buena arepa paisa, y en Boyacá le meten cuajada y la asan en tiesto como Dios manda.

¿Ha probado la lechona tolimense? Eso es otro cuento, cerdo cocinado por horas, con arroz, arvejas, condimentos secretos y el cuero dorado y crocante. Siempre servida con arepa blanca, limoncito y a veces con una gaseosa bien helada. 

Y para la merienda, nada como una empanada bien doradita, con ají picante o guacamole, y un masato espeso y dulzón que se pasa suavecito por la garganta. Y si la tarde aprieta, un tinto cargado con pan de yuca o almojábana recién salida del horno.

Y pa’ rematar, ¿quién no ha sobrevivido a un guayabo con un buen caldo andino? Ese caldo con huevo o de costilla, clarito, con cebolla, cilantro y papa, que lo devuelve a uno del más allá. No hay dolor de cabeza ni noche de fiesta que no se arregle con una cuchara caliente y una arepa al lado. Aquí, hasta el guayabo se cura con tradición.

Aquí no hay espacio pa’ la dieta: en la región andina se come bueno, sabroso y con historia. Porque cada bocado es como un pedacito de Colombia que le hace fiesta al paladar. Así que si quiere conocer esta tierra, empiece por lo más rico, su cocina.



Comentarios